PISOS TURÍSTICOS. Europa. Airbnb. Ciudades piden medidas para frenarlo.
22 ciudades piden a Europa medidas para frenar a Airbnb
Las reservas de alquileres a corto plazo comenzaron a experimentar un fuerte repunte en junio, superando significativamente los débiles repuntes de las reservas de hotel y los viajes en avión. De repente, Airbnb pasó de ser un nombre de viajes en apuros a tener un producto de gran demanda.
De hecho, Airbnb presentó la documentación para su salida a bolsa el pasado 19 de agosto, después de un tumultuoso segundo y tercer trimestre en el que la empresa estuvo muy ocupada con las consecuencias de la pandemia COVID-19, incluyendo el despido del 25 por ciento de los empleados.
En este contexto, una alianza de 22 ciudades de toda Europa ha instado a la Unión Europea a promulgar normas más estrictas sobre Airbnb y otras plataformas de alquiler de vacaciones a corto plazo, acusándolas de hacer subir los precios de las propiedades y de exprimir a los negocios locales.
Representantes de París, Barcelona, Florencia, Berlín y otros puntos turísticos se reunieron con la comisaria de Competencia de la UE, Margrethe Vestager, en París para denunciar un marco legal “anticuado” que impide a los funcionarios tomar medidas enérgicas contra las plataformas web.
Las 22 ciudades son: Amsterdam, Atenas, Barcelona, Berlín, Bolonia, Burdeos, Bruselas, Colonia, Florencia, Frankfurt, Helsinki, Cracovia, Londres, Milán, Munich, París, Oporto, Praga, Utrecht, Valencia, Viena y Varsovia.
Airbnb, que domina el mercado de los hogares compartidos, se ha enfrentado cada vez más a los municipios que tratan de equilibrar los tan deseados ingresos del turismo con el creciente resentimiento de los residentes.
Varias ciudades han impuesto restricciones, en particular para combatir los alquileres ilícitos que, según dicen, desvían las viviendas del mercado de viviendas asequibles.
Sin embargo, las ciudades aseguran que, sin un marco de la Unión Europea, Airbnb puede funcionar eficazmente con una supervisión mínima, alegando que es simplemente una plataforma para poner a la gente en contacto con los inquilinos.
Esta postura fue reforzada por un fallo del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas en diciembre pasado, que rechazó una oferta de París para obligar a Airbnb a registrarse como una empresa tradicional de alquiler de propiedades.
“Ha llegado el momento de un nuevo enfoque normativo europeo que sirva ante todo al interés general, que es para nosotros la accesibilidad a la vivienda y la habitabilidad en nuestras ciudades”, dijo la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, en un comunicado.
La respuesta de Airbnb
La semana pasada, Airbnb presentó su respuesta a la consulta de la Comisión Europea sobre su próxima Ley de Servicios Digitales, en la que se detalla un nuevo marco para la regulación digital de la UE que sirva mejor a todas las partes interesadas, incluida la comunidad de anfitriones e invitados de Airbnb, y también las comunidades en las que viven.
La empresa asegura que “está ansiosa por trabajar con los responsables de las políticas en la actualización de las normas de comercio electrónico que se establecieron por última vez hace 20 años. Esta es una oportunidad para actualizar las normas de la UE para que la economía de plataforma de Europa sea más fuerte, más confiable y más competitiva”.
Este es un momento especialmente importante para los gobiernos, que están considerando cómo impulsar responsablemente los viajes y el turismo en su comunidad.
Hoy en día, existe una fuerte demanda de destinos rurales. “Por ejemplo, desde el 1 de julio, hemos tenido tres veces más huéspedes que viajan a Bretaña que a París. A medida que avanzamos, queremos trabajar con los responsables de las políticas en todos los niveles de gobierno para ayudar a apoyar la recuperación económica en comunidades tanto grandes como pequeñas”, asegura la plataforma.
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